Tuve varias tardes tranquilas donde me dedique a tener la casa en orden y perfecta limpieza. Por fin tuve la oportunidad de re acomodar mis materiales y noté que algunos estaban a punto de terminarse, así que salí a la tienda de artes y después de comprar algunos pasteles me quedé en el parque un rato para ver si tenía alguna buena idea para iniciar un nuevo proyecto. Vi a los niños jugar un rato y luego me dirigí a casa. Guardé mis nuevos pasteles en su lugar y se me antojó beber limonada, fui hasta la cocina y no tenía mas que un limón. Tomé mi monedero y de alguna forma que aún no logro entender como sucedió, cuando tomé las llaves, éstas se resbalaron de mi mano y terminaron atoradas detrás del mueble de la entrada. Al mover el mueble para rescatar las llaves ví una tarjeta, la levanté y me di cuenta que era la que me dió Carlos por si algo desaparecia. La dejé sobre el mueble y salí.
Caminé hasta el puesto de Doña Carmen y compré los limones y unas fresas que no pasaron desapercibidas para mis ojos. Puse todo en mi pequeña canastita y camino a casa me puse a pensar en él. Fue algo extraño pues pensé que esa obsesión (o lo que haya sido) ya había terminado. Al entrar a la casa puse las llaves en su lugar y tomé la tarjeta y pensé en llamarle, pero luego me dí cuenta de que no tenía ninguna razón para hacerlo, así que me fui a la cocina a hacer mi limonada. Una vez que estuvo lista, me senté en la sala a beberla, pero mi vista se desviaba a la entrada como si la tarjeta me estuviera gritando, antes de que lo notara ya tenía el teléfono en la mano y esperaba que me respondiera.
-¿hola?
-hola.
-mmm... esa voz se me hace conocida. ¿En que le puedo ayudar señorita?
-soy...
-si, sé quien eres. Ya te dije, reconozco tu voz.
-encontré tu tarjeta debajo del mueble de la entrada...
-déjame pensar que ahí guardas las cosas importantes
-es que mis llaves se cayeron detrás del mueble...
-¿así que las llaves son las responsables de esta llamada?
-supongo
-¿entonces has pensado aceptar mi invitación?
-¿invitación?
-si, te invito un café, un té, a comer si quieres
-ah, pues... ¿no estas ocupado?
-en este momento iba de salida, pasaré a recoger unas cosas y luego iba a comer, así que si quieres puedo pasar por ti en media hora o algo así
-¿hoy?
-bueno, como todos los días, así que no es que esté obligándome a hacer algo solo porque quiero verte
-es que no pensé que la invitación fuera para este momento
-¿ya comiste?
-pues no pero...
-entonces llego en media hora, puedes ir pensando que quieres comer, si no sabes cuando llegue, comerás lo que yo decida. Nos vemos entonces.
-...pero...
-bye.
Me quedé con el teléfono en la mano y noté que mi corazón latía rápido, volteé y me ví en el espejo y mientras dejaba el teléfono en su lugar y me pregunté si me veía bien. Subí las escaleras algo apurada y abrí el closet para elegir algo más lindo. ¿En qué estoy pensando? no es una cita o algo así, él está comprometido y yo soy su... en realidad no sabía cuál era mi relación con él. Me decidí por una blusa azul celeste y después de cambiarla me ordené un poco el cabello, cuando me ví en el espejo de nuevo sonó el timbre. Mi estómago tuvo una reacción extraña al escucharlo, y mi corazón volvió a latir fuerte. Bajé las escaleras y abrí la puerta.
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